X

  • [ Pobierz całość w formacie PDF ]

     �Y qu� me dices de ti, mu�eca?  intervino Hornero . �Vas a escribir un libro? Si lo
    hicieras, yo podr�a echar una siesta.
     Ahora, no. Estoy demasiado excitada. Pero recu�rdame que alquile una m�quina de
    interpretar. Lo escribir� ma�ana por la tarde.
    Hornero meneó la cabeza.
     No entiendo a los individuos que se creen capaces de escribir libros. Con las
    m�quinas es distinto porque de ellas puede esperarse cualquier cosa. Pero yo me pongo
    en el lugar de otro, y, francamente, no lo entiendo. Por eso me pregunto: �Acaso creen
    que est�n construidos como las m�quinas redactoras, llenos de alambres plateados, de
    rel�s y de descomunales bancos de memoria, en vez de antiguos y excelentes m�sculos?
    Eso estar�a bien para un robot, pero en un hombre resulta morboso.
     Homero  dijo Elo�sa amablemente, sin dejar de pasear , un ser humano tiene un
    sistema nervioso muy complejo y un cerebro con miles de millones de c�lulas nerviosas.
     �De veras, mu�eca? Un d�a de �stos tendr� que refrescar mi memoria sobre todo
    eso.  Su rostro asumió una expresión m�s seria . Hay muchas cosas en el mundo.
    Cosas misteriosas. Como ese empleo que me ofrecen siempre los Estibadores de Bah�a
    Verde. En momentos como �ste me siento tentado a aceptar.
     Recuerda que eres un escritor, Hornero  dijo Elo�sa en tono de reproche.
    Hornero asintió con una alegre sonrisa.
     Es cierto, mu�eca. Y tengo un f�sico m�s espl�ndido que todos ellos. Al menos, as�
    figura en las sobrecubiertas de mis libros.
    Elo�sa se dirigió de nuevo a la mancha de la pared mientras paseaba:
     Hablando de robots, uno de los vicios de Gaspard era su afición a los robots.
    Aficionado a los libros, aficionado a los robots, aficionado a las m�quinas redactoras,
    aficionado a los editores, aficionado a las mujeres cuando ten�a tiempo para ello.
    Aficionado tambi�n a adquirir conocimientos. Se drogaba con intelectualismos. Pero no
    conceb�a la acción por puro amor a la acción.
     Mu�eca, �de dónde sacas tantas energ�as?  inquirió Hornero, quejumbroso .
    Despu�s de lo de esta ma�ana, deber�as estar agotada. Yo lo estoy, incluso
    prescindiendo de mis lesiones.
     Hornero, una mujer tiene recursos de los que el hombre carece  dijo Elo�sa con
    sensatez . Especialmente una mujer frustrada.
     S�, lo s�, mu�eca. Tiene una capa de grasa que conserva el calor de su cuerpo
    durante la natación de fondo. Y su �tero es m�s fuerte, cent�metro a cent�metro cuadrado,
    que cualquier m�sculo de un hombre.
     Puedes apostar a que s�, gallina  dijo Elo�sa, pero Hornero estaba distra�do.
     A menudo me pregunto...  empezó a decir, y se interrumpió.
     ...si no existe alg�n procedimiento para que la mujer haga toda la faena en la cama
    con su �tero  terminó la frase Elo�sa.
     Me est�s tomando el pelo, mu�eca  dijo Hornero, muy serio . Mira, si te sobran
    tantas energ�as, �por qu� no vas al cuartel general y te pones en contacto con �El
    Verbo�? El Comit� de Acción tendr� alguna tarea para ti. En cualquier caso, puedes
    explicarles tus problemas. Yo necesito descansar.
     El Comit� de Acción no es bastante activo para mi  dijo Elo�sa . Y, desde luego,
    no pienso compartir mis ideas acerca de la Rocket House con esos tah�res del sindicato.
    Sin embargo acabas de darme una idea  agregó mirando a Hornero fijamente a los ojos.
    Y empezó a desnudarse.
    Hornero se volvió deliberadamente de espaldas, reuniendo fuerzas para soportar el
    impacto de un beso en la nuca. Pero el beso no llegó. De pronto, intrigado por un leve
    tintineo, se volvió de nuevo y vio a Elo�sa vestida con unos pantalones grises muy
    holgados y un jersey de talle corto y manga larga. En aquel momento se estaba
    abrochando un pesado collar que desped�a reflejos gris�ceos.
     �Eh! Nunca hab�a visto eso  observó Hornero . �Qu� son? �Nueces de plata?
     No son nueces  respondió Elo�sa secamente . Son peque�os cr�neos humanos
    de plata. Es mi collar de caza.
     Muy morboso, mu�eca  criticó Hornero . �Qu� piensas cazar?
    Elo�sa respondió con malignidad;
     Ni�os. Ni�os varones de ochenta kilos, veinte kilos m�s o menos. He renunciado a
    los hombres. No te enfades, Hornero  se apresuró a a�adir , no me refiero a ti.
    Se acercó de nuevo a la mesa.
     Hornero  agregó en tono solemne , hay una cosa que debo decirte. Quer�a dejarte
    descansar para que te curases pronto y volvieras a ponerte en forma, pero temo que no
    va a ser posible. Me ha informado una fuente secreta pero digna de todo cr�dito que la
    Rocket House se dispone a producir libros sin m�quinas de redactar. S� de buena tinta
    que ahora mismo Flaxman y Cullingham est�n contratando a todos los escritores
    importantes de las dem�s editoriales para que firmen esos libros. Sólo tendr�n
    sobrecubiertas los escritores de la Rocket House. �De veras quieres quedar al margen?
    Hornero Hemingway se bajó de la mesa como un cohete.
     �Dame mi traje de marinero mediterr�neo! El oreado por el viento con sombreados
    violeta, mu�eca  ordenó r�pidamente el robusto escritor, cuyo ce�o fruncido revelaba
    una profunda concentración mental . Y mis viejos zapatos de lona de marinero. Y mi
    vieja gorra de capit�n. �Date prisa!
     �Pero Hornero!  protestó Elo�sa, desconcertada por el inesperado �xito de su
    estratagema . �Qu� pasar� con tu trasero abrasado?
    El ingenioso maestro escritor explicó:
     En mi botiqu�n, mu�eca, tengo un protector nalguero de pl�stico transparente,
    transpirable, flexible, de base adhesiva, precisamente dise�ado para esta clase de
    apuros.
    10
     Bien, Zane Gort  dijo Flaxman en tono afable . Gaspard me ha dicho que se portó
    usted como un h�roe en la sala de las m�quinas redactoras.
    En la oficina, el ambiente se hab�a serenado notablemente desde que la se�orita [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • matkadziecka.xlx.pl

Drogi użytkowniku!

W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

 Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

 Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.