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    dos aquellos que ellos cuidavan que eran sus amigos. Et desque non fallan
    en ellos ningún cobro para escapar de la muerte, assí como tornó el fijo,
    depués que non falló cobro en ninguno daquellos que cuidava que eran sus
    amigos, tórnanse a Dios, que es su padre, et Dios dízeles que prueven a los
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    sanctos que son medios amigos. Et ellos fázenlo. Et tan grand es la vondat
    de los sanctos et sobre todos de sancta María, que non dexan de rogar a
    Dios por los pecadores; et sancta María muéstrale cómo fue su madre et
    cuánto trabajo tomó en lo tener et en lo criar, et los sanctos muéstranle las
    lazerias et las penas et los tormentos et las passiones que reçebieron por él;
    et todo esto fazen por encobrir los yerros de los pecadores. Et aunque ayan
    reçebido muchos enojos dellos, non le descubren, assí como non descubrió
    el medio amigo la puñada quel dio el fijo del su amigo. Et desque el peca-
    dor vee spiritualmente que por todas estas cosas non puede escapar de la
    muerte del alma, tornasse a Dios, assí como tornó el fijo al padre después
    que non falló quien lo pudiesse escapar de la muerte. Et nuestro señor Dios,
    assí como padre et amigo verdadero, acordándose del amor que ha al omne,
    que es su criatura, fizo como el buen amigo, ca envió al su fijo Jhesu
    Christo que moriesse, non oviendo ninguna culpa et seyendo sin pecado,
    por desfazer las culpas et los pecados que los omnes meresçían. Et Jhesu
    Christo, como buen fijo, fue obediente a su padre et seyendo verdadero
    Dios et verdadero omne quiso reçebir, et reçebió, muerte, et redimió a los
    pecadores por la su sangre.
    Et agora, señor conde, parat mientes cuáles destos amigos son mejores et
    más verdaderos, o por cuáles devía omne fazer más por los ganar por ami-
    gos.
    Al conde plogo mucho con todas estas razones, et tovo que eran muy
    buenas.
    Et entendiendo don Johan que este enxiemplo era muy bueno, fízolo es-
    crivir en este libro, et fizo estos viessos que dizen assí:
    Nunca omne podría tan buen amigo fallar
    como Dios, que lo quiso por su sangre comprar.
    Et la estoria deste enxiemplo es ésta que se sigue:
    El Conde Lucanor
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    Exemplo XLIXº
    De lo que contesçió al que echaron en la isla desnuyo cuandol tomaron
    el señorío que tenié
    Otra vez fablava el conde Lucanor con Patronio, et díxole:
    -Patronio, muchos me dizen que, pues yo só tan onrado et tan poderoso,
    que faga cuanto pudiere por aver grand riqueza et grand poder et grand
    onra, ca esto es lo que me más cumple et más me pertenesçe. Et porque yo
    sé que siempre me consejades lo mejor et que lo faredes assí daquí
    adelante, ruégovos que me consejedes lo que vierdes que me más cumple
    en esto.
    -Señor conde -dixo Patronio-, este consejo que me vós demandades es
    grave de dar por dos razones: lo primero, que en este consejo que me vós
    demandades, avré a dezir contra vuestro talante; et lo otro, porque es muy
    grave de dezir contra el consejo que es dado a pro del señor. Et porque en
    este consejo ha estas dos cosas, esme muy grave de dezir contra él, pero,
    porque todo consejero, si leal es, non deve catar sinon por dar el mejor con-
    sejo et non catar su pro, nin su daño, nin si le plaze al señor, nin si le pesa,
    sinon dezirle lo mejor que omne viere, por ende, yo non dexaré de vos
    dezir en este consejo lo que entiendo que es más vuestra pro et vos cumple
    más. Et por ende, vos digo que los que esto vos dizen que, en parte, vos
    consejan bien, pero non es el consejo complido nin bueno para vos; mas
    para seer del todo complido et bueno, serié muy bien et plazerme ía mucho
    que sopiésedes lo que acaesçió a un omne quel fizieron señor de una grand
    tierra.
    El conde le preguntó cómo fuera aquello.
    -Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, en una tierra avían por costumbre
    que cada año fazían un señor. Et en cuanto durava aquel año, fazían todas
    las cosas que él mandava; et luego que el año era acabado, tomávanle cu-
    anto avía et desnuyávanle et echávanle en una isla solo, que non fincava
    con él omne del mundo.
    Et acaesçió que ovo una vez aquel señorío un omne que fue de mejor en-
    tendimiento et más aperçebido que los que lo fueron ante. Et porque sabía
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    que desque el año passase, quel avían de fazer lo que a los otros, ante que
    se acabasse el año del su señorío, mandó, en grand poridat, fazer en aquella
    isla, do sabía que lo avían de echar, una morada muy buena et muy con-
    plida en que puso todas las cosas que eran mester para toda su vida. Et fizo
    la morada en lugar tan encubierto, que nunca gelo pudieron entender los de
    aquella tierra quel dieron aquel señorío.
    Et dexó algunos amigos en aquella tierra assí adebdados et castigados que
    si, por aventura, alguna cosa oviesse mester de las que él non se acordara
    de enviar adelante, que gelas enviassen ellos en guisa quel non menguasse
    ninguna cosa. [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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